Además
de estos objetivos pragmáticos de acumular riquezas, los poderes del poder financiero
tienen otro objetivo de largo alcance: el PODER MUNDIAL; crear un sistema
mundial de control financiero en manos privadas capaz de dominar el
sistema político de cada país y la economía del mundo en su conjunto.
Este sistema sería controlado de manera feudal por los bancos centrales
del mundo actuando en concierto, mediante acuerdos secretos a los que se
llega en las reuniones y conferencias frecuentes y privadas.
El ápice del sistema seria el Banco de Pagos Internacionales en
Basilea, Suiza, un banco privado, propiedad y control de los bancos
centrales del mundo que son de las corporaciones privadas.
Cada banco central, en manos de hombres como Montague Norman del Banco
de Inglaterra, Benjamin Strong, del New York Federal Reserve Bank,
Charles Rist del Banco de Francia, y Hjalmar Schact del Reichsbank,
tratan de dominar a su gobierno por su capacidad para controlar los
préstamos del tesoro, para manipular bolsas extranjeras, para influir en
el nivel de actividad económica en el país, y para influir en los
políticos de cooperación por las recompensas económicas posteriores en
el mundo de los negocios.
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